miércoles, 20 de julio de 2011

Silencio


Pues Él hablo, y todo fue hecho
Él ordenó, y todo quedó firme
Salmo 33:9

La grandeza de la creación y su singularidad está en el hecho de que bastó la palabra pronunciada por Dios para que todo se hiciera. Lo dijo y se hizo todo cuanto existe.
Dios continua hablando y hablándonos hoy; así lo creo. La diferencia quizás, es que en aquel principio del Génesis, tal como lo dice el relato bíblico "la tierra estaba desordenada y vacía"; es decir hubo un gran Silencio y la voz de Dios se escuchó en los cuatro puntos cardinales, potente y clara. En cambio hoy, a duras penas nos escuchamos unos a otros mientras conversamos; nos cuesta incluso ponernos de acuerdo. Y ¡cuán difícil es acallar nuestro propio diálogo interno!
 Cuando elevamos nuestras súplicas a Dios o cuando pedimos su intervención, es necesario más que nunca guardar silencio. Cuando esperamos consuelo u orientación o pedimos que nos enseñe, cuán necesario es el silencio. Un silencio activo, aguardando atentamente lo que Él tiene que decir.
¡Ay, cómo será esa Voz!

Señor y Dios, nuestro corazón está dispuesto
¡háblanos hoy!


Imagen
Silencio
José Antonio González




CUANDO CALLAS
George Elliot 
(1819-1880)


Cuando callas también hablas de ti mismo.
Cuando callas un secreto 
conozco tu fidelidad de amigo.
Cuando callas tu propio dolor 
conozco tu fortaleza.
Cuando callas ante el dolor ajeno 
conozco tu impotencia y tu respeto.
Cuando callas ante la injusticia 
conozco tu miedo y tu complicidad.
Cuando callas ante lo imposible 
conozco tu madurez y dominio.
Cuando callas ante la estupidez ajena 
conozco tu sabiduría.
Cuando callas ante los fuertes y poderosos 
conozco tu temor y cobardía.
Cuando callas ante lo que ignoras 
conozco tu prudencia.
Cuando callas tus propios meritos 
conozco tu humildad y grandeza.
El Silencio es el tiempo donde el sabio medita. 
La cárcel de la que huye el necio.
Siembra para ser tú mismo...

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