jueves, 22 de marzo de 2012

Urgencia



No me desampares, Jehová;
Dios mío, no te alejes de mí
Salmo 38: 21

Este salmo 38 es una oración de profundo arrepentimiento. El salmista se siente solo, enfermo   y lejos de Dios a causa de su pecado (un Salmo de David).

No me desampares... no te alejes. Sin duda estas exclamaciones son de alguien que ha confesado su pecado, ha mostrado su arrepentimiento y finalmente ha sentido el perdón de Dios. La comunión con Dios se ha restablecido, pero también queda la conciencia de cuán frágil es el lazo que nos mantiene unidos al Buen Padre Dios, a causa de nuestros errores.

Estos sentimientos de ansiedad y urgencia todos los hemos experimentado alguna vez y cuando se presentan, lo mejor será imitar la actitud del salmista, con la certeza de que Dios siempre escucha la súplica del alma.

imagen tomada de la web
desconozco el autor

1 comentario:

Clarissa Rodriguez dijo...

Este verso me recordó los días de la niñez de mi Cata; en alguna ocasión estuvo muy enferma y en esos momentos, en medio de la noche y la fiebre ella no soltaba mi mano.Quienes son padres conocen ese tipo de experiencias.

Cuando nos sentimos en la indefensión del alma, enfermos, o angustiados Dios es nuestro refugio y su tierno amor nos reconforta.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...