jueves, 5 de abril de 2012

Silencio



Cansado estoy de llamar;
mi garganta se ha enronquecido;
han desfallecido mis ojos
esperando a mi Dios
Salmo 69: 3


Este salmo parece anticipar todo el sufrimiento de Jesucristo, en la soledad de la cruz; sin embargo aun allí, está latente la necesidad espiritual. El salmista en medio de la queja perece decir "aún tengo a Mi Dios", "estoy  esperando a mi Dios"


Cuando nos quedamos sin poder articular una oración, porque no acuden las palabras apropiadas o porque el corazón se ha vuelto árido y seco a causa de la pena, la tristeza o la enfermedad, entonces podemos recurrir a otras palabras como las de este salmo, porque todavía tenemos a nuestro Dios; también tenemos la oración que nuestro Señor nos enseñó


De mi experiencia personal podría decir que cuando he sentido que Dios guarda silencio, lo único que se puede hacer es esperar. Esperar con la confianza puesta en Dios mismo. La certeza de que la oración es un camino de ida y regreso y el eco de la voz de Dios se dejará sentir en ese silencio. Para mi es muy consolador saber que Dios entiende y acoge estos sentimientos de soledad pero que también, al entregárselos en este clamor, Él nos envía su Consuelo y Paz.

"Camina conmigo"
Greg Olsen

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