jueves, 10 de mayo de 2012

Para bendecir



Alzad vuestras manos al santuario
y bendecid  a Jehová.
Salmo 134: 2


Este es un llamado a la adoración a Dios que compromete todo: las palabras y también la gestualidad o lenguaje no verbal.
Alzad vuestras manos al santuario. Cuando el gesto acompaña las palabras, hay un compromiso total con lo que se está expresando. Alzar nuestras manos es el gesto más completo de adoración a Dios. Es como poner en la palma de la mano nuestra ofrenda, nuestra gratitud y nuestro amor a Dios. Es nuestro ser entero que se eleva para alcanzar la gracia de Dios; porque cuando levantamos nuestras manos al santuario también podemos recibir lo que Dios ha dispuesto para nuestro bien: su misericordia, su perdón y  su bendición.

Cuando alzamos nuestras manos para bendecir a nuestro Dios, en realidad somos nosotros los que resultamos bendecidos.

La práctica de alzar las manos para adorar o alabar a Dios, fue muy usada en la antigüedad. Aun hoy, sigue siendo un gesto espontáneo de adoración. Sin embargo, cuando nos disponemos a adorar a Dios, lo más importante es hacerlo como dijo Jesús: "los verdaderos adoradores adorarán al Padre en Espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren"

¡Oh Señor, alzo mis manos para bendecir Tu Nombre!

Imagen tomada de la web
desconozco el autor

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