domingo, 4 de noviembre de 2012

Diálogo




Porque ha inclinado a mí
su oído;
por tanto lo invocaré
en todos mis días.
Salmo 116: 2

Es Dios quien toma la iniciativa para restablecer el diálogo con el ser humano. Ese gesto es especial y particular para cada uno de sus hijos, por eso el salmista dice ha inclinado a mí su oído. La dulzura del Amor de Dios llena por completo el corazón de confianza. Podemos acudir a Él en cualquier momento. 
Pero aquí el salmista dice: lo invocaré en todos mis días. Ya no es un llamado con un motivo particular o un grito de auxilio; en ambos casos Dios en su misericordia siempre acude. Se trata de todos mis días; es el corazón piadoso que busca la comunión y el diálogo permanente con Dios. Un diálogo que es alimento, sustento  amoroso y alegría del alma.

¡Oh Señor, danos la constancia para invocarte con el corazón!


Pintura: Odilon Redon

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