sábado, 1 de diciembre de 2012

Respuestas



Jehová es mi fortaleza y mi escudo;
en Él confió mi corazón
y fui ayudado,
por lo que se gozó mi corazón.
Con mi cántico lo alabaré.
Salmo 28: 7

Cuando sentimos que nuestras oraciones son escuchadas por Dios,  la plegaria se convierte en alabanza y  la súplica en canto de gratitud. El Señor es quien da fuerzas; en nuestra debilidad Él es quien nos levanta. 

En Él confió mi corazón y fui ayudado. Este es el feliz testimonio de alguien que reconoce  el amor de Dios, su misericordia y compasión en hechos concretos.  Cuando le entregamos nuestra súplica Él nos responde. El Apóstol San Pablo escribiendo a los Filipenses dice: "Mi Dios, pues, suplirá todo lo que les falta, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús"

¡Oh Señor, con mi canto te alabo hoy!


Pintura: Marie Spaeth Haughton
1883 - 1937

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