martes, 11 de diciembre de 2012

Afligido




Yo estoy afligido y menesteroso;
desde la juventud
he llevado tus terrores,
he estado lleno de miedo.
Salmo 88: 15

Hay ocasiones en que nos sentimos abrumados.

Los días se suceden sin cambios perceptibles,  nos llenamos de extraños presentimientos, todo nos sugiere malos augurios, muchos temores y nuestras reservas emocionales se van agotando.

Cuando así nos sentimos, Jesús abre sus brazos y dice: "Venid a mi todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar"


Jesús al hacerse humano experimentó el cansancio  y la fatiga física y emocional, pero Él vio en la gente el cansancio espiritual, el desasosiego profundo, sentimientos de culpa y temor que finalmente causan enfermedades o llevan a buscar "olvido". La mirada compasiva de Jesús ve lo que hay más allá del cansancio y el agotamiento.


Descansar en el Señor es reconocer que nuestros recursos están agotados y entregarle nuestros dolores, como se entrega una carga, o una mochila. Podemos depositar nuestro cansancio a sus pies, en una oración.



Jesús nos desafía a confiar y creer que Él tiene todo poder para darnos esa vida abundante que prometió: "Yo he venido para que tengan Vida y la tengan en abundancia"


Pintura: El Greco
1541 - 1614

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