sábado, 27 de abril de 2013

Dejarse pastorear




El Señor es mi pastor
nada me falta
Salmo 23: 1


No se cuantas veces en estos días he vuelto a estos versos del Salmo 23.
Unos versos inmortales, que memorizados en la niñez y orados con devoción al comprender su significado, nos devuelven al camino correcto, tras los sagrados pasos del Buen Pastor.

Cuando estamos tristes, o en necesidad, estos versos nos hacen descansar en el cuidado amoroso del Señor y si estamos plenos de alegría y abundancia  nos ayudan a expresar nuestra gratitud por las delicadas dádivas de amor con que somos pastoreados.

Tenemos que aceptar que Dios por su naturaleza siempre es quien da, y nosotros, los seres humanos, somos los que recibimos. Cuando olvidamos este principio eterno, caemos en la auto-referencia y nos sentimos auto-suficientes.
Es nuestro Pastor Divino quien nos da protección, descanso, dirección, sustento, aliento, provisión y todo lo que necesitamos. Porque el  Amor de Dios está permanentemente obrando a nuestro favor. Sólo tenemos que dejarnos pastorear.

¡Oh Señor, necesito hoy tus dulces cuidados!
¡Tú eres mi Buen Pastor!

Pintura: Greg Olsen

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