sábado, 25 de mayo de 2013

Elegido




Escogió a su siervo David,
el que era pastor
de ovejas; 
lo quitó de andar tras los
rebaños,
para que cuidara a su pueblo,
para que fuera pastor de Israel.
Y David cuidó del pueblo de
Dios;
los cuidó y los dirigió
con mano hábil y corazón
sincero
Salmo 78: 70. 71, 72

En este salmo 78 encontramos un relato poético de la historia del pueblo de Dios; desde el éxodo de Egipto hasta la dinastía de David. El relato está impregnado del amor y la fidelidad de Dios a pesar de las constantes infidelidades y rebeldías de su pueblo.

En el caso de David -que tuvo sus "días malos"- desde que era pastor de ovejas, hasta el fin de sus días, se destacó por su corazón sincero. En el libro de los Hechos de los apóstoles se nos dice  David, hijo de Isaí, fue un varón conforme 
al corazón de Dios.

Muchos salmos fueron escritos por David quien llegó a ser rey de Israel; conocido por ser valiente (quien no recuerda a David frente a Goliat), justo, apasionado, guerrero, poeta y músico. El profeta Samuel nos dice que era: rubio, de hermosos ojos y de buen parecer. David nunca olvidó que Dios lo quitó de andar tras los rebaños se mantuvo apegado al corazón de Dios. Aun en los momentos más oscuros de su vida, él pide a Dios: "no me eches de delante de ti y no quites de mí tu santo espíritu... Dios de mi salvación; cantará mi lengua tu justicia" (Salmo 51)

Hacia el final de su reinado,  David, lleno de días, de riqueza y de gloria, bendice al Señor diciendo:
"Tuya es, Jehová, la
magnificencia y el poder, la gloria,
la victoria y el honor; porque todas las 
cosas que están en los cielos y en la
tierra son tuyas...
Pues todo es tuyo, y de lo
recibido de tu mano te damos"
(Primer Libro de Crónicas cap. 29)

Una de las grandes características de la Biblia y en particular de los Salmos, es que no encubre las faltas, los errores y las debilidades de sus personajes. Podemos admirar su fe, pero de pronto nos sorprendemos con sus dudas y su desobediencia a Dios. Los hombres y mujeres que Dios llamó o eligió, nuestros héroes bíblicos,  fueron personas como nosotros: comunes, ordinarios, normales, incultos, con defectos, y tenían una naturaleza pecaminosa como cualquiera de nosotros. Somos afortunados al poder mirar, como desde un palco, sus batallas de la vida real, sus encuentros con la tentación, la ira, las relaciones interpersonales, el dinero, y... la fe.
¡Hay tanto Amor, misericordia y compasión de Dios en su trato con sus elegidos! La misma que tiene con nosotros hoy.
"Por tanto, acerquémonos con confianza
 al trono de la gracia para
 que recibamos misericordia
 y hallemos gracia para la 
ayuda oportuna"
(Libro de Hebreos)

Pintura: Henri-Edmond Cross

Si deseas conocer más detalles de la vida de David, 
hijo de Isaí, puedes leer los libros de Samuel (I, II) 
que conforman  una verdadera crónica 
de la vida de David

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