viernes, 28 de junio de 2013

Para entender y cumplir



Dame entendimiento y obedeceré
tus enseñanzas,
las pondré en práctica con todo
mi corazón.
Salmo 119: 34

Las enseñanzas del Señor son para ponerlas en práctica, porque la obediencia es el mayor gesto de reconocimiento a la autoridad y la soberanía de Dios. A través de la historia del pueblo de Israel, que en realidad la conocemos a través de las historias personales de los grandes héroes de la Biblia, nos damos cuenta que la des-obediencia causó las mayores tragedias, los más grandes conflictos y las más impresionantes derrotas. La des-obediencia rompe la intimidad con el Señor.

 Es muy hermoso ver que el salmista tiene su corazón dispuesto para el Señor y pida reiteradamente, (como hemos visto anteriormente) que sea Dios mismo quien le enseñe y le muestre los alcances de sus enseñanzas y de los mandamientos que son los mismos que Dios diseñó y estableció. 
 La decisión explícita: "las pondré en práctica con todo mi corazón", es una muestra de devoción y profundo amor. 
Cuando obedecemos al Señor, desde el  corazón, el Espíritu de Dios nos da las fuerza para perseverar en sus enseñanzas. Buscamos no solamente agradar a Dios, sino también comprender que hay mucha bendición en sus enseñanza; nuestra vida queda alineada con sus principios y la comunión con Él se hace mucho más íntima.

¡Oh Señor, mi corazón está dispuesto a obedecerte! 


Pintura: Isabel Guerra

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