jueves, 15 de agosto de 2013

Con todo el corazón



Yo te busco con todo el 
corazón,
no dejes que me desvíe de
tus mandamientos.
Salmo 119: 10
NVI

Un buscador sincero, íntegro, comprometido, perseverante y tenaz es quien busca con todo el corazón. El Espíritu de Dios  nos guía en esta búsqueda vehemente, que no se detiene hasta conseguir las respuestas anheladas. No basta la búsqueda intelectual, o alcanzar respuestas y explicaciones. Cuando se busca al Señor con todo el corazón, se trata de sentimientos: buscamos seguridad, paz, Amor, verdad, tranquilidad y plenitud espiritual.

La petición del salmista: no dejes que me desvíe de tus mandamientos, tiene relación con lo que el mismo salmista dice: En mi corazón atesoro tus dichos para no pecar contra ti.  
Necesitamos algo más que poder consultar o leer o estudiar los mandamientos, si realmente deseamos ser fieles a Dios y a sus mandamientos. Atesorar sus dichos en el corazón es ponerlos en el centro de nuestra vida, para que fluyan en nuestras acciones del mismo modo como fluye el torrente sanguíneo: en forma natural, permanente, sin pausa, como una rítmica canción de amor a nuestro Dios y Padre.

¡Bendito seas Señor!
¡Enséñame tus decretos!

Pintura: Edward Emerson Simmons

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