martes, 6 de agosto de 2013

Por la mañana



Por la mañana, Señor, escuchas
mi clamor,
Por la mañana te presento 
mis ruegos,
y quedo a la espera de tu
respuesta.
Salmo 5: 3
NVI

Estoy segura de que Dios escucha nuestras plegarias, sin importar la hora o el lugar en que nos encontremos. Esa seguridad está basada en una de las más maravillosas cualidades de Dios: su eternidad; su tiempo es infinito y siempre presente.  

Dirigir nuestra oración por la mañana, como lo hace el salmista, tiene grandes beneficios para nosotros: disponemos ante Dios nuestras expectativas,  nuestros deseos, nuestras necesidades, conflictos y ansiedades; y somos libres para esperar confiadamente en su misericordia y en su inagotable Amor.

"Por la mañana" es también una forma de ordenar nuestras prioridades.  El primer momento del día es ideal para comunicarse con el Señor y recibir de Él lo que nuestra alma necesita.
El libro de Éxodo nos relata que  el pueblo de Dios, en el desierto, recogía por la mañana, el maná. Cada uno, niños y adultos, recogían su provisión para el día. Quien se levantaba tarde, no recogía nada y si tomaba una porción extra, para guardar, al otro día, el maná  estaba incomible (descompuesto).
Así también, por la mañana es el tiempo adecuado para tomar nuestra provisión espiritual para el día: Un consejo, un consuelo, fortaleza, dirección, salud para el alma, paz y bendición que se multiplicará bendiciendo además a quienes nos rodean.

Jesús, el Hijo de Dios, también oraba de madrugada. El Evangelio según San Mateo dice que "levantándose muy de mañana, siendo aún de noche, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba"

Me contaron que un violinista dijo: "si no practico por un solo día, yo lo notaré. Si no practico por dos días, mis amigos lo notarán. Si no practico por tres días, el mundo lo notará"

Seguir el ejemplo del salmista puede ser todo un desafío. Pero lo podemos logar, perseverando día a día,  con la ayuda de Dios Todopoderoso.

¡Por la mañana, Señor, escuchas mi clamor!

Cada mañana me presentaré
delante de Ti, Señor
y quedaré esperando tu respuesta.

Pintura: Mónica Roberts

1 comentario:

Gladys Lavanderos dijo...

Maravillosa verdad. Por la mañana nos preparamos para le resto del día y conversar con Dios es siempre mas que terapéutico, nos alivia la carga y nos da confianza y fuerzas.

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