viernes, 3 de enero de 2014

Por encima de las montañas

A las montañas levanto mis ojos;
¿de dónde ha de venir mi ayuda?
Mi ayuda proviene del Señor
Creador del cielo y de la tierra

No permitirá que tu pie resbale,
jamás duerme el que te cuida.
Jamás duerme ni se adormece
el que cuida de Israel.
Salmo 121: 1-4


Mi ayuda proviene del Señor
Creador del cielo y de la tierra


Este es uno de aquellos salmos que muchos cristianos, llenos de fe, han repetido, orado y cantado. Pero, aquella primera vez que fue cantado, cuando seguramente el salmista estaba en dificultades, -¿por qué dirigió su mirada a las montañas?  
¿qué esperaba encontrar allí?

La silueta de la Cordillera de los Andes se recorta bajo el cielo chileno, en gran parte del territorio nacional. La majestuosidad de sus cumbres nevadas, especialmente después de un día de lluvia, es un espectáculo maravilloso. Es una imagen poderosa, que transmite solidez y firmeza. Pero la ayuda que yo necesito no viene de la montaña sino de quién la creó.

Aquella primera vez, el salmista rechazó la idea de una ayuda "natural". Su mirada se posó, probablemente, en las flores o en las estrellas pero su alma se elevó para encontrarse con el Creador. El Señor de toda la creación está por encima de las montañas, por sobre las fuerzas naturales y sobrenaturales. No necesitamos obtener una ayuda "suplementaria".

La presencia permanente del Señor, nuestro Dios y Padre, es lo que constituye nuestra experiencia de fe. Tenemos la certeza de que en nuestro ir y venir, en la actividad o el descanso, él guarda nuestra vida, nos cuida y nos abraza con Amor, ahora mismo; siempre.

Mi ayuda proviene del Señor
Creador del cielo y de la tierra 

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...